2 minutos de apnea con pulmones completamente vacíos.

Comprendo que este artículo puede levantar ampollas y herir sensibilidades en algunos. No es mi intención criticar, juzgar, aceptar o rechazar, sólo describir desde mi punto de vista, nada más que eso.

Iniciamos con esta colaboración una serie dedicada a estudiar desde una perspectiva antropológica y sivaíta la relación entre cultura y sexualidad que nos va a llevar a conocer algunas prácticas sexuales de diferentes grupos humanos a lo largo de la historia.

Demostrado está que un suelo pélvico fuerte y flexible te aportará muchos beneficios. Los mejores sexólogos recomiendan estos ejercicios pero esto ya era conocido por los tántricos y taoístas desde hace miles de años. Vemos algunos:

La filosofía que no se lleva a la práctica carece de valor, está muerta y desanimada. Sin el amor de sus practicantes el saber no es vivo y, por lo tanto, auténtico. En la Escuela Tántrica Śivaíta procuramos motivar la ecuanimidad apasionada como un Arte de Vivir. El Tantra se transmite practicando lo estudiado.

Meditar es simplemente observar y no juzgar. Meditar es una actitud no es una técnica. Una actitud basada en el centramiento y disfrute del aquí y ahora. Técnicas puede haber infinitas, pero la meditación es única.

Panchatattva, Panchamakara, ritual de las 5 M o como dicen los ortodoxos, ritual de las 5 cosas prohibidas. Es un ritual que todo tántrico realiza con regularidad para comprobar sus avances, aunque algunos grupos como los Kaulas o Śaktas pueden realizarlo diario o como piedra angular de su sadhana.

El Kundalini Yoga es una disciplina Tántrica que persigue el despertar de Kundalini. Kundalini es una misteriosa fuerza psicoespiritual, imprescindible en el Tantra y necesaria en nuestra evolución. Veamos detenidamente en qué consiste este tipo de Yoga y qué hace para despertar Kundalini.

El Potala o templo de Lhasa es la máxima expresión de la arquitectura tibetana y residencia de los Dalái Lama desde que Lozang Gyatso lo fundó en el siglo XVII -año 1648- en Lhasa, la capital del Tíbet, hasta 1959, fecha en la que el decimocuarto Dalai Lama se exilió a Dharamsala, India, tras la invasión China.

Muchos son los maestros de ayer y hoy que a instancias del Siddha Patañjali definen el Yoga como el "arte y la ciencia de la serenidad". El Maestro Iyengar, por ejemplo, dice que "la serenidad es concentración; y el silencio, meditación" o bien "Yoga es un medio y un fin, su meta es la liberación".